martes, 12 de julio de 2016

Trabajo sin orden ni objetivos, la norma, no la excepción.

El trabajo sin orden, sin objetivos ni metas, es algo que simplemente no podemos concebir, o al menos no deberíamos concebir, pero resulta que es la forma en que muchas compañías y personas trabajan. Nos damos cuenta que es la norma, no la excepción.

Expliquemos un poco el punto.

Trabajamos en una compañía y hacemos nuestras tareas diarias, cumpliendo con lo que nos solicitan, pero es necesario que sepamos la finalidad de las mismas, para entenderlas bien y conocer el valor de las mismas. Para ello podemos contestar las siguientes preguntas


  • ¿Sabemos el objetivo que tiene el hacer mis tareas?
  • ¿Hago tareas de otras áreas o puestos?
  • ¿Es una tarea que atiende una emergencia (bomberazo)? o es planificada.
  • ¿Es una actividad que me tiene ocupado todo el día y no se si abona al resultado final?
  • ¿Siento que nunca tengo tiempo o que no termino nada?
  • ¿Pienso que trabajo mucho?
Si las respuestas me dejan con más preguntas o con una sensación de incertidumbre, del tipo "no se qué hago", estamos en problemas